El ganado que pasta en libertad en los montes de esa parte de la provincia sufre constantes ataques, según los vecinos
Un potro de cuatro meses y más de 100 kilos, fue completamente devorado por una manada de lobos en la madrugada del sábado pasado. Los vecinos de Pinguela (Muras) denuncian que estos ataques se suceden muy a menudo y culpan a la Administración de no tratar de evitarlos.
Carlos Rouco, propietario del animal, asegura que pierde mucho ganado por culpa de los lobos. Hace solo un mes se comieron a una de sus cabras y cada pocos días acaban con la vida de algún animal de la zona. «O mesmo día que mataron á potra, pola mañá, escoitei cómo atacaban ós cabalos dun campo cercano», admite el dueño, asegurando que la carne equina es la favorita de los cánidos. Ahora temen por un ternero que nació hace un par de días, presa muy fácil si los lobos atacan de nuevo; pero el mayor miedo es que acaben atacando a alguna persona. «Non teñen medo á xente, calquera día comen a alguén», asegura Carlos.
Héctor, el hijo de 14 años del ganadero, tenía a la potra, llamada Carina, como mascota. «Chamábala e viña, entendía como unha persoa e era moi agarimosa». Ahora cuida a la madre del animal, Tana, que pasó horas empujando con la pezuña el esqueleto inerte de su cría para animarla a levantarse. La familia Rouco opina que si el monte estuviera limpio y cuidado no habría tantos ataques, que producen grandes pérdidas económicas a todos los vecinos. «Como non vai atacar, se ata a un metro do prado todo é monte salvaxe», declara Carlos, mostrando la cantidad de zarzas y maleza que rodea la zona.
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