La décima Feira do Cabalo convirtió ayer el mercado ganadero de Castro de Ribeiras de Lea en un heterogéneo escaparate ecuestre, en el que tanto los tratantes de ganado como los visitantes que se acercaron hasta el recinto pudieron contemplar desde ponis, caballos de paseo, algún que otro percherón, reses mostrencas y un buen número de asnos.
La elevada afluencia de ganado equino registrada ayer en el mercado de Castro de Ribeiras de Lea no deparó sin embargo demasiado negocio, dado que las transacciones realizadas fueron más bien escasas y con cotizaciones muy bajas, tal y como reconocieron tanto los tratantes como los propios ganaderos, además de la propia organización de esta feria, que, año tras año, conserva gran atractivo para el público.
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