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La
Asociación de Gandeiros de Cabalos do Monte da Groba denunciará la
próxima semana a la Xunta ante la Comisión Europea por imponer los
microchips para identificar a los equinos "salvajes". De momento, solo
esta asociación, cuyos animales pastan en la sierra que separa los
concellos de Baiona, Tui e A Guarda, se embarcará en la aventura legal,
pero da por hecho que "muchas" agrupaciones similares de la provincia
de Pontevedra se sumarán a su empeño.
El objetivo de los propietarios de los
caballos es que se considere que estos animales viven en condiciones
"salvajes" y, por lo tanto, encuentren un hueco en la excepción que la
normativa europea marca para la identificación de equinos, al margen de
la regla general que obliga a colocar transpondedores.
De hecho, como afirman representantes de
esta organización, su objetivo no es eludir la identificacion del
dueño de los equinos en el caso de que éste tenga que asumir la
responsabilidad, por ejemplo, por un accidente, sino que la Unión
Europea admita la característica singular de esta especie, que vive en
un régimen de libertad, y que permita que sea suficiente la marca
tradicional.
Según la Asociación de Gandeiros de
Cabalos de A Groba, el Ejecutivo gallego está "incumpliendo el derecho
comunitario" al imponer la colocación de los chips. En concreto, la
normativa objeto de denuncia es el decreto 268/2008 de 6 de junio, que
iría, subrayan representantes legales de la organización, en contra de
los dispuesto en el Reglamento 504/2008 (CE) de la Comisión.
El decreto de identificación equina
objeto de la polémica fue aprobado por el bipartito, pero no fue hasta
este año que la Consellería de Medio Rural exigió su aplicación a los
propietarios de los caballos que pastan en el monte.
En abril, la polémica llegó a su punto
culminante cuando varias asociaciones de Pontevedra (A Groba, Serra do
Suído, O Castrove, Monte Acibal, A Valga, Monte Galiñeiro y Morgadáns)
amenazaron con dejar de celebrar sus tradicionales curros si la
Administración persistía en obligarles a identificar a los animales con
transpondedor. Después de un encuentro con Samuel Juárez y de que
asociaciones como la de Sabucedo decidieran aplicar la legislación, los
representantes de las asociaciones cabalares antes citadas celebraron
sus curros porque la Xunta alegó que la rapa era una práctica que se
ubicaba en el lugar de explotación y no iba a "prohibirla". Entonces el
Ejecutivo dijo a los propietarios que consultaría a la asesoría
jurídica para ver si era posible eximir a los caballos del chip. La
respuesta, finalmente, fue que no.
Los curros se celebraron, pero el Gobierno gallego declaró que seguiría "presionando" para que se aplicase la norma –y habilitó una línea de ayudas para subvencionar, hasta 2013, en diferentes porcentajes, los microchips–.
Los curros se celebraron, pero el Gobierno gallego declaró que seguiría "presionando" para que se aplicase la norma –y habilitó una línea de ayudas para subvencionar, hasta 2013, en diferentes porcentajes, los microchips–.
Tanto el director xeral de Produción
Agropecuaria, José Álvarez Robledo, como el propio conselleiro, veían
entonces "inevitable" aplicar la regulación y ahora la Xunta trabaja en
otro borrador de decreto que mantiene la exigencia y, según las
asociaciones cabalares, amplía las restricciones a los equinos salvajes
de modo que hace peligrar su pervivencia en libertad en los montes.
Fuente e imagen: farodevigo.es/José Lores
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